Acceleración 5G, el vértigo llega al móvil

Escrito por Marcos Montero en 2015-01-13T11:26:00+01:00


Justo cuando la tecnología 4G empieza a hacerse visible en el mercado, la próxima generación de telefonía da pasos para tomar el relevo en el futuro. Este horizonte, todavía lejano, se situaría alrededor del año 2020 si se sigue cumpliendo el ciclo de desarrollo de estas tecnologías, según el cual cada década se produce un salto evolutivo.

El 5G, de momento, es más un concepto que una realidad. A pesar de no existir un estándar que defina esta nueva generación de tecnologías de telefonía móvil, existe cierto acuerdo en que el aumento de velocidad de transmisión de datos será de 10 a 100 veces superior a la del 4G, más que suficiente para descargar una película HD en un par de segundos. Si miramos unos años atrás, veremos que la evolución tecnológica en este sector ha sido espectacular. Lejos quedan los voluminosos aparatos analógicos de los años 80 que dieron el salto al digital con la telefonía 2G (GSM) que ofrecía servicios de voz o datos a 9,6 kbit/s. El 3G, pero, se hizo rogar y fue preciso desarrollar tecnologías intermedias como el GPRS, con la que se lograron velocidades de hasta 114 kbits/s o la EDGE, que ofrecía hasta los 236 kbps. El cambio de milenio trajo consigo lo que supondría el salto evolutivo más importante en telefonía móvil hasta el momento, la tecnología 3G (UMTS) con velocidades entre 2 Mbp/s y 21 Mbp/s en su variante HSPA+ que haría viables los smartphones. Consolidado este paso, nos encontramos actualmente en los inicios del 4G, una tecnología que aporta unas capacidades (actualmente alrededor de los 100 Mbps y, a medio plazo, todavía superiores), mucho más adecuados a las actuales necesidades de consumo de contenidos. 

 

Los coreanos, en la pole position

Corea del Sur, el país más conectado del mundo, ha apostado para ser el primero a desarrollar esta tecnología con una inversión de cerca de 1.500 millones de dólares con el firme propósito de seguir manteniendo su liderazgo mundial. Detrás de esta decisión está el interés de  Samsung por posicionarse como adalid en esta industria. El mayo de 2013 hizo las primeras pruebas de campo con éxito, hasta una distancia de dos kilómetros.

También Europa ha mostrado su interés en tomar posiciones en esta carrera. Gran Bretaña y Alemania han anunciado recientemente un acuerdo de colaboración para impulsar el desarrollo del 5G. Por otro lado, la Unión Europea ha creado un fondo con 50 millones de euros destinados a becas de investigación para evolucionar un modelo tecnológico cara el 2020. Hoy por hoy, todavía se tiene que definir un estándar a partir de las primeras pruebas de concepto y prototipo. Hay que tener en cuenta, pero, que el aterrizaje del 5G se producirá previsiblemente en un momento en que el 4G estará llegando a su madurez en prestaciones y grado de penetración y por, tanto, no será hasta unos años después que dispondremos de una red realmente operativa.

 

Hacia la internet de las cosas

La velocidad de transmisión de datos del 5G, alrededor de 1Gbps, produce vértigo comparada con los estándares actuales y abre la puerta a servicios de alta capacidad en el móvil, como por ejemplo reproducción de películas y juegos en 3D, streaming de vídeo en ultra-alta definición o servicios médicos remotos, entre otros muchos ejemplos futuristas.

Más allá de la espectacularidad de estas prestaciones, esta anchura de banda permitirá solucionar uno de los grandes problemas de las actuales redes móviles: su escalabilidad. Con el 5G, el colapso de las redes en el caso de grandes aglomeraciones, como partidos de fútbol o conciertos, podría ser cosa del pasado. Con esta capacidad de transmisión de datos se podrán conectar muchos más dispositivos a internet de forma simultánea, un hecho que resultará clave también para hacer realidad el concepto de internet de las cosas, en el que casi cualquier objeto del mundo cotidiano podrá estar permanentemente conectado a la Red.

Se calcula que en este nuevo entorno cotidiano, hasta 100.000 millones de objetos, desde electrodomésticos hasta móviles, zapatos, ropa o relojes, estarán conectados, podrán intercambiar datos y, en algunos casos, “reaccionar” a determinados contextos. De este modo, técnicamente no existirían los “objetos perdidos”, porque siempre sería posible localizar su posición o bien se podría esperar, por ejemplo, que un coche fuera capaz de evitar una eventual colisión al detectar la proximidad excesiva de un vehículo u obstáculo.

Todavía nos encontramos lejos de este punto, pero ya se empiezan a entrever algunas de las implicaciones que se derivan de estos entornos hiperconectados. De finales de diciembre de 2013 a principios de enero, una red de 100.000 smart devices llevó a cabo un ataque spam en el que se enviaron un total de 750.000 mensajes de correo electrónico. A pesar de que no es la primera vez que se ha producido un ataque de este tipo, sí ha sido la primera ocasión en que ha quedado acreditado que uno de los dispositivos atacantes ha sido una nevera.

La internet de las cosas abre, en todo caso, un amplio campo de experimentación y desarrollo para evolucionar determinados comportamientos inteligentes por parte de objetos físicos y virtuales interoperables, capaces de compartir información y tomar decisiones en un contexto semántico. A pesar de los riesgos, las ventajas parecen superar con creces las amenazas.

Estas son algunas de las reflexiones que se pudieron escuchar el pasado viernes 21 de marzo en el programa l’Altra Ràdio de Ràdio 4, en la edición especial número 2100. En este caso, fue la telefonia 5G y sus potenciales aplicaciones el tema elegido por los colaboradores habituales del equipo de UPCnet, Javier Otero, Marcos Montero y Jordi Carrasco para aportar un toque futurista a esta sección de divulgación tecnológica. Podéis escuchar la emisión íntegra del programa en este podcast.