Las metodologías ágiles de proyectos tienen su origen en la necesidad de ofrecer capacidad rápida de respuesta al cambio, así como en incrementar la satisfacción del cliente mediante la entrega de funcionalidad operativa y la retroalimentación continua con el cliente durante el proyecto.
El manifiesto agile elaborado por los propulsores de las metodologías ágiles, está basado en 4 puntos principales de la gestión ágil de proyectos, que tienen por objetivo valorar:
- Las personas y su interacción por encima de los procesos y sus herramientas.
- El software que funciona, por encima de la documentación exhaustiva.
- La colaboración con el cliente/usuario, por encima de la negociación contractual, integrando al cliente en el proyecto.
- La respuesta al cambio, por encima del seguimiento de un plan, es cimentado en priorizar la anticipación y la adaptación ante la planificación y el control.
Tenemos a nuestro alcance las diferentes metodologías ágiles: Scrum, eXtreme Programmng, Agile Modelling... No todas cubren todos los procesos asociados al ciclo de vida de los sistemas de información y, por tanto, podemos aplicar una combinación de las mismas en función de las necesidades específicas de cada proyecto.
En general, las metodologías ágiles se basan en la construcción iterativa e incremental del producto/sistema. En el caso concreto de Scrum, el propietario del producto (product owner), que tiene la visión de negocio, define y prioriza una lista con las funcionalidaes a implementar (product blacklog), que se va actualizando durante todo el proyecto.
Cada un de las iteraciones (sprint) se plantea a partir de una reunión de planificación de sprint donde se determina el objetivo de negocio y qué aporta valor al cliente, las tareas a hacer durante el sprint (sprint backlog), la asignación de recursos, y la estimación del tiempo necesario para llevarlo a cabo. Cada sprint obtendrá como resultado una versión entregable del producto.
Durante el sprint se realizan reuniones diarias de un máximo de 15 minutos donde se revisa el trabajo realizado desde la última reunión, las taras a hacer para la próxima reunión y las limitaciones o problemas potenciales que pueden aparecer durante la ejecución del sprint.
El sprint concluye con una presentación de los resultados al cliente y la evaluación del resultado de la iteración.
Metodología SAP: ASAP y evolución hacia a Agile
Las expectativas de los clientes de SAP también están evolucionando y con frecuencia se alienan con los objetivos y beneficios de procedimientos ágiles. Tradicionalmente, desde hace más de 30 años, los proyectos SAP han estado gestionados por medio de metodologías predictivas y en cascada, basadas en el diseño de un plan y el cumplimiento de unos requisitos, un calendario y un presupuesto muy estáticos y determinados durante las fases de preparación del proyecto. En esta línea, SAP facilita su propia metodología ASAP.
La respuesta de SAP a las necesidades cambiantes del mercado es la incorporación de aceleradores dentro de la metodología ASAP para centrarse en la generación rápida de valor. Los aceleradores de SAP, entre otros, incluyen técnicas agile en la gestión del clico de vida del aplicativo, están inspirados en Scrum y Lean y se basan en:
- La implementación de la funcionalidad operativa en ciclos cortos de desarrollo (sprint), empezando por los que aportan más valor al cliente.
- La generación rápida de resultados y la ganancia de valor.
- La participación continua del negocio en el proyecto.
- El incremento de la flexibilidad en la implementación.
- La mejora del control y monitorización del proyecto.
- La identificación y gestión rápida del riesgo.
El enfoque agile de SAP contempla la construcción repetitiva de la baseline del proyecto, así como la iteración en sprints que incluyen el análisis, la implementación, el test y la documentación de la funcionalidad operativa para el cliente.
Por otro lado, la metodología Agile SAP incorpora puntos de control denominado Q-gates, que garanticen que las entregas se cumplen según un determinado nivel de calidad y de satisfacción del cliente.
Aplicabilidad de Agile a SAP
Las características específicas de muchos proyectos de SAP no siempre permiten aplicar un enfoque ágil. Algunos factores que lo pueden dificultar son:
- Restricciones contractuales que obliguen a seguir un plan de proyecto determinado.
- Dificultad para determinar funcionalidades entregables y que aporten valor al cliente a cada iteración.
- Alto coste de prototipaje.
- Dificultad para disponer de un representante de negocio con visión global de las necesidades funcionales.
- Equipos de proyectos grandes y muy especializados.
- Equipos de trabajo con estructuras organizativas rígidas.
Aunque no siempre sea posible aplicarlo, resulta bastante atractivo el hecho de tener presente el modelo de gestión de proyectos ágiles con el objetivo de combinarlo con las metodologías predictivas e incrementar la eficiencia y los resultados de los proyectos.